27 dic 2022

Apología de la alopecia ( Luis Miguel Rodrigo)



Aparte del ahorro
más que considerable en peluquero (y su propina),
peines, cepillos, secadores
de incluso tres velocidades,
lacas, gominas, mascarillas, anticaspas,
suavizantes y demás mejunjes,
brebajes, lociones y potingues,
procura la calvicie recompensas
bastante inesperadas. Por ejemplo,
una imagen seria y adusta,
idónea para algunas profesiones,
pudiendo, en los casos favorables,
proyectar la idea
de que mueve el calvo las neuronas
con extrema agilidad,
que cruza su existencia por el mundo
con mente despejada:
nadie podrá decir que no tenemos
ni dos dedos de frente.
A causa de su astucia desmedida,
a su sagacidad descomunal,
jamás desaprovecha
las oportunidades,
las reconoce a quince leguas de distancia:
su aspecto es conocido.
Y es que la ocasión la pintan calva.
La alopecia además abre caminos a nuevos territorios
temidos por el hombre:
nos enfrenta a la intemperie del sintecho,
acercándonos al frío y a la lluvia,
nos encara, en definitiva, a nuestra indefensión más absoluta,
nos arroja a lo temido,
a lo más aborrecible.
Podríase decir que son los calvos
un tipo excepcional de aventurero,
curtido en la batalla de la vida
sin el colchón de la mirada
aprobatoria de la gente:
aunque no los usemos
sabemos lo que vale un peine.


Los calvos, foco ancestral de los insultos
y mofa recurrente de los niños,
lo cual denota la escasez de su inventiva,
para envidia del peludo
—esclavo del espejo,
cautivo de su imagen—
no desperdiciamos el tiempo en la minucia
de las mechas, la raya, el remolino,
los rizos, las rastas, los flequillos,
las poses, las coletas;
no nos lo permite nuestra majestuosidad
la cual sobrellevamos día y noche,
porque si bien corona no portamos
lucimos todo el año coronilla.

13 dic 2022

Ser poesía ( Acróbata)



 A sólo dos versos del éxtasis
los orgasmos del alma llenan de poesía
estos silencios que amenazan con ser suspiros,
unos suspiros que morderán mi cuello.

 
Tus vocales, abiertas  
como la noche de tus piernas,
como las primaveras nacidas
de tu vientre conocedor de vida,
por poco, muy poco...
siguen aún apresadas  
en los calabozos de tu pecho,
entre los barrotes marfil de tus dientes,
mordidas con labios golosos
por tu boca brillante de deseo,
pero terminaran naciendo...
no lo dudo, no lo dudas.
 
Y nacerán libres rasgando el púrpura
de esta penumbra ardiente que nos envuelve,
de este temporal de sábanas blancas
que nos enreda de pies a cabeza,
donde cielo y suelo, colchón y manta,  
tú y yo nos confundimos, nos encontramos
para ser verso, verso de versos
en el gran poema de mi tiempo,
en el único instante puro de verdad  
de mis días entre letras.

 A sólo un par de latidos del éxtasis,
en el umbral mismo del nirvana...
tu labio y mi labio, húmedos de amor,
repletos de vocales ya son verso,
ya son poesía para envidia del silencio.

7 dic 2022

No se trata de un trato ( Rosa Jimena)

                       

No se trata de un trato
es una trata no tratada
en los tratados del mal-trato.
No importa el sexo sin edad
ofrecer sexo a cierta edad
es lo que importa.
Aunque no siempre lo que importa
es importante, sino ser
tan importante
como para que a alguien le importe.
Así pues,
Ser importante,
dueño del mundo y de la crisis,
vamos a hacer un trato:
Usted manda parar la trata
y yo voy a parar al paro
tal y como usted nos manda.